Thomas Alva Edison
El nuevo lugar de residencia fue Port Huron, en Michigan, donde
el futuro inventor asistió por primera vez a la escuela. Fue ésa una
experiencia muy breve: duró sólo tres meses, al cabo de los cuales fue
expulsado de las aulas, alegando su maestro la falta absoluta de interés y una
torpeza más que manifiesta, comportamientos éstos a los que no era ajena una
sordera parcial que contrajo como secuela de un ataque de escarlatina. Su
madre, Nancy Elliot, que había ejercido como maestra antes de casarse, asumió
en lo sucesivo la educación del joven benjamín de la familia, tarea que
desempeñó con no poco talento, ya que consiguió inspirar en él aquella
curiosidad sin límites que sería la característica más destacable de su carrera
a lo largo de toda su vida.
Se instaló allí en 1876 tenía entonces veintiocho años, e
inmediatamente se puso a trabajar. La búsqueda de un transmisor telefónico
satisfactorio reclamó su atención. El inventado por Alexander G. Bell, aunque
teóricamente bien concebido, generaba una corriente tan débil que no servía
para aplicaciones generales. Sabía que las partículas de grafito, según se
mantuvieran más o menos apretadas, influían sobre la resistencia eléctrica, y
aplicó esta propiedad para crear un dispositivo que amplificaba
considerablemente los sonidos más débiles: el micrófono de gránulos de carbón,
que patentó en 1876.
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